Por la expropiación definitiva del
Centro Social y Cultural Olga Vázquez
El Olga es esencialmente un lugar de encuentro. Aquí la gente no tiene miedo: prefiere relajarse, poner el agua para el mate y dedicarse a amasar y entretejer proyectos. El prejuicio sigue existiendo, pero invertido: cualquier persona desconocida es buena hasta que demuestre lo contrario.
Uno llega al Olga y enseguida encuentra algo para hacer. El panorama del zoológico de humanitos y humanitas es de lo más diverso: unos haciendo música, otras pintando carteles y discutiendo las consignas, otros y otras más allá estudiando o aprendiendo algún oficio. La actividad libre y creativa recorre el espacio tomando la forma de la política, la literatura, el baile o el trabajo autogestivo y solidario.
En el Olga, los cuerpos, las palabras y las cosas no se dejan ordenar por la lógica del valor de cambio. La especulación inmobiliaria, que todo lo devora, ya le echó el ojo, quiso entrar, pero tuvo que quedarse en la puerta. Sigue al acecho, aunque tendrá que seguir esperando afuera: aquí los sueños son colectivos y están organizados.
Conseguila en la Biblioteca Oesterheld
Galpón Sur
Centro Social y Cultural Olga Vázquez
60 Nro. 772 e/10 y 11
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