SACAR LOS PIES DEL PLATO *
Escuché, como tantos y tantas, el discurso de la presidenta el 10 de diciembre, día internacional de los DDHH y de las asunciones presidenciales y de ministros/as.
Escuché menciones claras sobre reivindicación de los derechos humanos de los miles de detenidos-desaparecidos, torturados, exiliadas y de los juicios a los genocidas en estos últimos años. No dejé de emocionarme con la mención del asteroide con el nombre de una cumpa desaparecida; y recordé los miles de actos de homenajes que ha habido en estos años organizado por familias, víctimas, militantes de organizaciones políticas-sociales; en cada pueblo, en cada plaza, escuela, facultades, lugares laborales, encontramos los nombres reflejados, rescatando sus historias.
Para poner alguna fecha podríamos decir que a partir de 1995, con el surgimiento de HIJOS comenzó esta oleada de rescate de historias, reivindicaciones, y de exigir cárcel común y perpetua para los genocidas, que ya venían remando desde antes los organismos de DDHH; acompañadas por un pueblo anti dictadura: basta recordar lo que fueron las históricas movilizaciones contra el indulto de Menem y sus secuaces.
Es un buen ejercicio de memoria colectiva recordar que las luchas, y las exigencias de juicio a los militares y a los orquestadores civiles es bien anterior del inicio del gobierno K.
Y esto que planteo, no es para “estar en contra de”; sino que lo positivo que tienen la movilizaciones populares es que internalizan la historia tal como es; con sus más y menos, con sus dimes y diretes; con su dialéctica. No como algo binario: “esto lo hicimos nosotros” ( proyecto K) y sus aliados de los derechos humanos.
Los organismos de DDHH , hoy pro-K, también formaron parte de la historia pero hubo miles más que se encontraban, nos encontrábamos, en las Marchas de la resistencia en esos diciembre calurosos, gritando juicios y cárcel para los genocidas; y hoy seguimos apostando bancando los juicios a los genocidas y yendo por más; “como a los Nazis les va a pasar donde vayan los iremos a buscar”.
Somos miles que seguimos denunciando a los responsables ideológicos como fueron el empresariado nacional y transnacional, artífice necesario de la dictadura militar que asolo nuestro país. También seguimos luchando por defender los derechos humanos de nuestro presente: los DDHH de los más de 5.000 militantes populares procesados en estos últimos años, varios cumpas muertos como Mariano Ferreyra, Cristian Ferreyra, los Qom, las víctimas del indoamericano. Seguimos denunciando las desapariciones en democracia, pidiendo cárcel para los responsables de la desaparición de Julio López y Luciano Arruga. Esta muestra no agota el panorama actual, pero nos da una idea de cómo se abordan los derechos humanos en el aquí y ahora.
El discurso siguió con una serie de menciones de las leyes y las políticas públicas nacionales e internacionales; mencionando muchas veces los logros de este gobierno dentro del capitalismo “serio”.
Acá no hay mucho que debatir, ya que son lógicas diferentes: por un lado el gobierno K que alaba vivir en esta capitalismo serio, que deja miles de excluidos, instrumenta el trabajo precarizado e inseguro, propone un modelo de país basado en la extracción, en el monocultivo, en la depredación de los bienes. Un gobierno que con su silencio sigue permitiendo el secuestro de mujeres para la explotación sexual, las muertas por abortos clandestinos, el gatillo fácil o las cárceles miserables para los jóvenes pobres, diciendo que “aunque faltan algunas cosas resolver” la base está y de a poco vamos a ir mejorando “gracias al Estado que controla y define cuándo se participa, cuándo se moviliza, claro que siempre con el control del Estado.
Por otro lado hay una izquierda independiente, nacional e internacionalista, que lucha por una sociedad mejor, construyéndola desde ahora con nuevos valores, que reniega de creer que sólo se puede participar desde adentro del Estado, que entiende que hay una nueva forma de hacer política y que está en otra parte, que promueve la participación de los y las jóvenes y las mujeres, de las y los trabajadores que indignadxs por los burócratas tranzas amigotes de este gobierno, deciden crear un sindicalismo distinto, de base, combativo. Esta “nueva izquierda”, se encuentra construyendo poder popular en cada lugar donde decide y puede organizarse, está construyendo un proyecto político emancipador para nuestro país enmarcado en una mirada latinoamericana. Esta izquierda independiente entiende que debemos fortalecer la participación y la organización por debajo de los y las miles de argentinos/as que hace 10 años gritamos “que se vayan todos”. En esta izquierda me inscribo.
Pero, la indignación llegó cuando, una vez más, la presidenta planteó en todo un largo parlamento sobre el derecho a huelga y la irresponsabilidad de los que hacen huelgas como extorsión; y para colmo puso de ejemplo a los/as docentes de Santa Cruz y a los petroleros.
Recuerdo, cuando el 25 y 26 de junio del 2011 los/as docentes de Santa Cruz vinieron a Buenos Aires a nacionalizar el conflicto por aumento salarial, que estaba quedando encerrado y aislado en su provincia; fueron el 25 al acto en la Estación Avellaneda y luego, cuando subimos al Puente Pueyrredón con una gran bandera que llamamos “la bandera de las banderas” porque es una sumatoria de las organizaciones que hemos salido a pedir justicia por Darío y Maxi; y por tantos daríos, maxis, lucianos, julios, todos los junios desde hace casi 10 años.
Y decía, cuando íbamos subiendo al Puente sosteniendo la bandera de banderas; me tocó estar al lado de una maestra de Santa Cruz que me contó que era de Ledesma ( tierra de explotaciones de los Blaquier y de la “Noche del Apagón”), que se había tenido que ir a Santa Cruz por un problema económico, que la mitad de sus sueldo se lo mandaba a su familia, que tenía que tomar taxi para ir a la escuela en Santa Cruz porque si no el viento se la llevaba; que la plata no le alcanzaba, que ahora en Bs. As. habían salido con la cámara a sacar fotos en los súper y mercados; a las frutas y otros productos porque estaban baratísimos en relación a su provincia ( y si no le sacaban fotos no le iban a creer), que allá esos sueldos, presuntamente altos, no alcanzaban para nada.
Y recordando a esa joven jujeña en Santa Cruz, le pude poner rostro a la lucha y me indigné, tanto que ya no pude escuchar.
Al otro día leyendo algunos diarios de la oposición (Clarín) me volví a indignar; porque interpretaban que ese párrafo, esa parte del discurso era contra la CGT de Moyano por los problemas internos que tienen.
Mentira, el problema del capitalismo serio son los trabajadores/as, los laburantes (recordemos el ataque que hizo el proyecto K por la tendinitis con los laburantes del subte) y no los burócratas; que ahora podrán estar un poco distanciados pero fueron la base del proyecto K desde el 2003 y que en cualquier momento los vemos otra vez dándose besos y guiñadas de ojos.
Quiero, queremos sacar los pies del plato; permitirnos pensar distinto, permitirnos construir distinto, permitirnos soñar con la construcción de un proyecto emancipador. No somos pocos, aunque todavía estamos desarticulados los y las que pensamos y militamos por estas construcciones, se vislumbraron durante este año claras muestras de coordinaciones y encuentros de quienes luchamos por un país distinto: las huelgas de Adosac en santa Cruz, la indignación frente a los muertos de Jujuy, el inmenso y hermoso Foro por Otra educación, el Foro por un Proyecto Emancipador, los encuentros de centros culturales autónomos, el Encuentro Nacional de Mujeres, entre otros tantos.
Tenemos un gran desafío donde la mística de las luchas en Latinoamérica y el mundo nos permiten seguir peleando, confrontando, intercambiando, pensando, escribiendo, musiqueando, articulando y construyendo poder popular.
*Por Celina Rodríguez. Frente Popular Darío Santillán
Con los aportes y correcciones de Florencia Fajardo del espacio de jóvenes del FPDS, María Eugenia Marengo, Clarisa Elgarrista, Paula Lepes y Juliana Díaz Lozano del Espacio de Mujeres del FPDS.
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