“Callate la boca que te mato a palos”
Un patrullero se detiene. Dos policías se apresuran al encuentro con los jóvenes transeúntes. Documentos. Contra la pared. Cacheo. Insultos. Golpes. Ensañamiento. Impunidad. Esta “práctica policial”, recurrente, fue denunciada por “Rony”, el hermano de Sandra Ayala Gamboa, la joven peruana violada y asesinada en el edificio provincial de ARBA, quien recibió salvajes golpes e insultos tras ser detenido injustificadamente en la ciudad de La Plata, el fin de semana pasado.
El abuso policial constituye una escena cotidiana que nadie enuncia como parte de la “inseguridad”; estos casos pocas veces suelen ser parte de la agenda mediática, a pesar de que la detención arbitraria y sus posteriores abusos son permanentes. Michael Felipe Ayala Gamboa, conocido por sus amigos como Rony, tiene 24 años y vive en Berisso. Trabaja en una Cooperativa del Frente Popular Darío Santillán, estudia Trabajo Social y es entrenador de Fútbol Infantil en el Club Villa Argüello. Su vida, además, está signada, desde hace cuatro años por la lucha contra la impunidad en el crimen de su hermana Sandra.
El sábado pasado, por la noche, salía junto con un amigo, del cumpleaños de una compañera de la Facultad de Trabajo Social, y cuando se dirigían a desatar su bicicleta en una calle céntrica de la ciudad de La Plata, un patrullero se detuvo y dos policías descendieron para pedirles los documentos. Mientras uno de ellos transmitía por un radio sus números de DNI, el otro los obligó a ponerse contra la pared. Al perder el equilibrio Rony calló al piso y de inmediato el uniformado comenzó a golpearlo y a insultarlo.
“Cuando me caigo el policía me pisa la cabeza y me comienza a patear: ‘Cállate la boca que te mato a palos’, me decía”, recordó Rony. Este maltrato se agravó cuando la víctima declaró su voluntad de llamar a un abogado y mencionó que era el hermano de Sandra Ayala Gamboa, la joven asesinada que se ha convertido en el caso testigo de los femicidios en la ciudad.
“¿Así que sos el hermano de Sandra Ayala Gamboa?”, preguntó el policía.
“Sí, de la chica violada y asesinada en el Ministerio de Economía”, repitió el joven. Desde ese instante, el policía comenzó a pegarle con ensañamiento, dándole patadas en el cuerpo y la cabeza, “hasta que vino el otro policía y me tiró el DNI. Después se subieron al patrullero y se fueron. Me dejaron tirado, sangrando y todo golpeado”, recordó Rony.
Posteriormente el joven fue al Hospital San Martín donde lo atendieron por, según consta en la denuncia, “un corte en la oreja derecha (debieron darle tres puntos de sutura), un raspón en el rostro, un golpe en la cabeza y hematomas en los brazos”. El hecho fue denunciado el lunes pasado en la Fiscalía General de La Plata ante la Auxiliar Letrada María Alejandra Valdez, La exposición por “lesiones” quedó radicada en la justicia. Luego el joven Michael repitió su testimonio en el Comité Contra la Tortura de la Comisión por la Memoria.
Este episodio, no sólo pone de manifiesto la exacerbación de la represión policial y la criminalización de la pobreza, sino en ensañamiento de la policía con los sectores en lucha y los derechos humanos.
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