JORNADA DE LUCHA Y MEMORIA EN LA PLATA
Las llamas de la memoria
Para escuchar audios del documento de la Multisectorial y de Nilda Eloy ver acá
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Jorge Julio López era albañil y tenía 47 años cuando lo secuestraron por primera vez. Sobrevivió a cinco centros clandestinos de detención del Circuito Camps. Su testimonio fue fundamental para condenar a prisión perpetua a Miguel Etchecolatz. Su segundo secuestro sucedió el día que la querella de Justicia Ya exigía que se lo penara por genocidio, el 18 de septiembre de 2006, del que hoy se cumplieron 5 años de inacción estatal.
Hoy, al cumplirse 5 años de la desaparición de Jorge Julio López, miles de estudiantes, trabajadorxs, y luchadorxs que no se resignan al silencio, salieron a levantar levantar las banderas por la verdad, la memoria y la justicia, ante el manto de impunidad tendido por el gobierno nacional. La jornada comenzó con una vigilia sonora realizada por FM Futura, que transmitió toda la madrugada. Bajo las consignas de “5 años sin Julio López: exigimos al gobierno aparición con vida ya de Julio López, castigo a los responsables, basta de represión y asesinatos a los luchadores populares”, la Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada, había convocado a una movilización a las 17 hs., que partiría desde Plaza Moreno y culminaría en Plaza San Martín, frente a la casa de gobierno bonaerense.
La vida del testigo desaparecido, estuvo marcada –según las épocas- por la represión ilegal y la desprotección estatal. Hombre de trabajo, peronista desde jóven, López recién se acercó en el año ’73 a participar de las iniciativas de la nueva Unidad Básica de su barrio, que llevaba el nombre “Juan Pablo Maestre” y funcionaba en el barrio de Los Hornos. Cuando sobrevino el golpe de Estado, cayó junto con otra decena de activistas de la unidad básica en una redada del grupo de tareas al mando de Miguel Etchecolatz, el 27 de octubre de 1976. Estuvo detenido-desaparecido en el Destacamento y el Pozo de Arana, la Comisaria 5ta, la Comisaría 8va y la Unidad 9, todas en La Plata. Finalmente fue legalizado como preso político en 1977 y recuperó su libertad en junio de 1979. Después de su salida de la cárcel, López mantuvo el silencio sobre lo que había vivido. Entonces empezó a escribir. Al principio fueron papeles garabateados a escondidas, dictados por la memoria. La promesa que le había hecho en el chupadero de Arana a Patricia Dell’Orto, su referente militante cuyo asesinato tuvo oportunidad de ver, lo animaría a narrar ese horror muchos años más tarde, primero en los Juicios por la Verdad de La Plata y posteriormente en el juicio contra su verdugo, el ex Director General de Investigaciones Miguel Etchecolatz. Testimonió, no sólo por él, sino por aquellos que vio morir, aquellos que estuvieron con él en los diferentes centros clandestinos de detención.
Su declaración resultó vital para arribar a la condena a prisión perpetua “en el marco de un genocidio” de Miguel Osvaldo Etchecolatz, jefe de una de las patotas de la Bonaerense de Camps: tanto, que el 18 de septiembre de 2006, el día en que se exponían los alegatos de las querellas, fue secuestrado por segunda y última vez.
La tarde que se cumplieron cinco años de aquél día, la gente se fue reuniendo en Plaza Moreno, agrupándose en las esquinas, sembrando todo tipo de banderas y banderines de colores, con bombos, mates y reencuentros. De a poco se fueron configurando las columnas de decenas de organizaciones diversas: de derechos humanos, estudiantiles, movimientos sociales, políticos y culturales. A las seis, empezaron los cantos y las consignas, de los más variadas, al compás de las murgas y de grupos como Arte al Ataque -y otrxs artivistas-, que dejaban su huella en paredes, calles y veredas de la zona céntrica de la ciudad, ante la mirada curiosa de lxs transeuntes.
Un cartel con letras encendidas, clavado sobre el monumento a San Martín, proclamaba "Acá falta López", iluminando la atmósfera de la plaza mientras el sol iba cayendo y las diferentes columnas, que encabezaban organismos de Derechos Humanos como Justicia Ya!, la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, Hijos La Plata, La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos enfilaban hacia la gobernación, impulsados por las consignas que se gritaban a viva voz. Esas palabras en llamas, al igual que la memoria, que inquieta, emergerion con la exigencia dolorosa de una respuesta. Detrás de ellos llegaban las murgas, sorteando con su baile las antorchas encendidas que marcaban el camino hacia el escenario, donde minutos después, Nilda Eloy y Carlos Zaidman dieron cierre al acto con la lectura del documento consensuado.
En un breve pero contundente discurso, lxs tres oradorxs, repasaron la actualidad de la causa, señalando las responsabilidades políticas de los gobiernos provincial y nacional con sus actitudes de encubrimiento. Al referirse a las causas abiertas, a partir de la lucha popular que hizo caer las leyes de impunidad, se señaló la efectivización de tan sólo 50 juicios orales en todo el país. Además, se relacionó la situación nacional con la lucha por los derechos humanos de ayer y hoy, extendiendo el concepto hacia aspectos como el derecho a la vivienda, salud y educación, y a la necesidad de un salario mínimo igual a la canasta básica. Un párrafo especial mereció las luchas de género, la exigencia de legalización del aborto, e desmantelamiento de las redes de trata, la denuncia de los crecientes femicidios y la reivindicación del derecho a la identidad sexual y de género. También se pidió por el desprocesamiento de lxs luchadorxs populares, el fin del "gatillo fácil" y la criminalización de la protesta social.
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